Testigos de la Carcel

Back

El Gangster de Dios

Por John Pridemore, la violencia era un estilo de vida

Se decidìa que hacer y el lo hacìa — droga (tomarla y venderla), intimidaciòn, racket, usura, proteciòn y  por ultimo mas no menos importante, la violencia.

Pero su vida es cambiada desde que encuentrò a Jesus Cristo.

Abandonando el estilo de vida de antes  el ha abrazado la llamada: “Ven y sigueme”. hasta el recién compromiso cual responsable por la Campana Nacional por la jornada mundial de la juventud 2000.

Ha viajado por toda la Inglaterra dando su testimonio en las escuelas. En este momento està trabajando por la pastoral juvenil de la Arquidiocesis de Liverpool. 

John nos cuenta su unica e increìble historia.

 

East End

He crecido en el East End. Mis padres se separaron cuando yo tenìa 10 años y yo me fui a vivir con mi padre. Yo amaba mi madre y mi padre y sufrii mucho cuando ellos se separaron. Tenìa solo 10 años, pero puedo recordar que tomé la desiciòn de no amar nunca màs, solo de esta manera no habrìa que sufrir màs.

Empezé a robar cuando tenìa 11 años (robava a mi padre). Muy rapido empezé a robar en los centros comerciales. Empezé a robar porque estaba enojado, porque pensaba que no recibia la atenciòn que yo merecìa. Me imaginaba que yo solo querìa que alguien notara el sufrimiento que me mataba.

Cuando tenìa 15 años me enviaron en un centro de detenciòn por haber robado en el centro deportivo de mi escuela.

El regimen era duro, hora y horas de marcha, despertar en la mañana muy temprano, sin hablar del corte de los cabellos.

En realidad yo estaba contento. Aquel estilo de vida me dio una cierta estabilidad en mi insegura e instable vida. Yo tomè esta experiencia como el primer vuelo de un pajarito.

 

Abandon de la casa

Saliendo del centro de detenciòn decidì  dejar la casa para siempre y asì me fui a vivir donde mi hermano major. Conseguì un trabajo en un negocio de radio en Walthamstow. No mucho tiempo despues  regresé a mi viejo “trabajo”: robé inclusive al dueño del negocio. Empezé a tomar mucho y encontré un mercado donde podìa vender la cosas que robava. A los 16 años fui implicado en un accidente de moto. Estuve en el hospital por varios meses. Tenìa este tremendo vacìo en el corazon y buscaba deseperadamente colmarlo. Pensaba que la plata me habrìa ayudado. Encontré una cierta consolaciòn en una especie de desprecio para mi mismo. Tenìa una imagen negativa muy negativa de mi. Fui dejado muy temprano por mis padres y como resultado tenìa muy poca confianza en mi mismo.

Cuando salì del hospital seguì robando. Fumaba hierba y tomaba cocaina. En fin fui arrestado y acusado de robo. Fui enviado en una prision para menores.

Fué un periodo terrible para mi. Estaba como 23 horas encerrado en la celda ( porque todavìa no me habìa sanado del accidente de moto). Fui dejado por mucho tiempo solo. No podìa aguantar aquella situaciòn. No podìa aguantar a mi mismo me odiaba (no me gustaba mi propia compañia). Pensaba de matarme. Pensaba: cualquiera cosa deseas tomala, ninguno te darà nada.

 

La espiral del abismo

Cuando salì de la prison decidì de volverme un…………en el West End. Estaba comprometido en la seguridad detràs de las escenas de los conciertos al Queen y Simply Red.

No era pagado muy bien pero era una manera de entrar en un màs lucrativo mundo de la seguridad.

Trabajé por un año en cada concierto y acontecimiento - Springsteen, boxing nell’Albert Hall, Queen, Amnisty International y Run the World. Estaba empezando a ganar màs plata.

Despues de un año. Decidì cambiar trabajo y empezé a trabajar en los clubs – desde entonces conocì mucha gente – El primer club en que trabajé estaba en Chingford.

Estaba en la puerta solo. Empezé a entrar en el mundo de la criminalidad organizada. Me metì en droga, ecstasy…bueno me metì en todo y me volvì un boss. Fui implicado en una serie de actividades criminales. Tenìa inclusive un revolver, pero gracias a Dios nunca le he empleado.

Esto es el libro que habla de John Pridemore y que ha sido escrito con la ayuda del Escritor freelance Grag Watts. El Editor es Darton-Longman+Todd de Londra. 

Una vez entrè en un club y el dueño dijo algo que no me gustò. Fuimos y lo destruimos todo.

Empezé a fumar crack (heroina,) ganaba mucha plata (acerca de 5000 esterlinas por semana) pero adentro de mi estaba lleno de contradicciones. Conoces el evangelio de Juan adonde Martha dijo que el hermano Lazaro no solo habìa muerto mas ya olìa muy feo (Jn. 11,39)?

Bueno Yo no estaba solo muerto,  yo olìa muy feo.

Sabìa que algo habìa en mi vida que no estaba bien. No me gustaba en lo que me habìa convertido, pero yo no conocìa otro camino. Me daba cuenta que era infeliz. Sentìa un profundo vacìo. Yo era muy bueno para engañarme a mi mismo. Era tan bueno para convencerme que era feliz. Pero dentro yo estaba como muerto. Tenìa miedo. Mientras lo màs miedoso eres lo màs violento te vuelves. Por lo que se referìa a lo material lo tenìa todo. Tenìa un carro BMW, un Mercedes, trajes muy costosos y plata, mucha plata para jugar. Podìa perder en el juego inclusive 1000 esterlinas en una tarde.

 

  Conversion

Yo estaba empezando a reflexionar en serio sobre mi manera de vivir. Empezé de verdad en criticar toda mi vida.Una noche regresé a mi casa. Nada importante habìa ocurrido. Habìa sido un dìa como los otros. Me senté en el salon de mi casa y de una vez fui consciente de una voz que me hablaba en el profundo de mi corazon. La voz me regañaba de todo el mal que habìa hecho. Me acuerdo que me levanté, como para distraerme, pero la voz seguia hablandome. Es dificil explicar pero yo entendì que la voz venìa de adentro, y yo comprendì que era Dios: no tuve ninguna duda en mi mente de quien fuera la voz que me hablava: era Dios. Me arrodillé y rezé Dios para que me diera otra ocasiòn. Yo se que puede parecer estupido, però yo pensaba que me iba a morir. Y lloraba y rezaba pidiendole a Dios que me perdonara mis pecados.

Fue una experiencia increìble. Despues me sentì aliviado y consolado. Salì de mi cuarto y dije una oraciòn desde el profundo de mi corazon. Yo dije a Dios: “Hasta ahora todo lo que he recibido de bueno lo he tomado de Ti, ahora quiero darTe Yo algo a cambio. Despues que yo dije esta oraciòn, de una vez yo experimenté por primera vez la presencia del Espiritu Santo y a la vez sentì un gran sentido de paz, signo del perdon que habìa recibido. Me fui de una vez donde mi Madre. Ella no se maravillò de la experiencia que yo habìa hecho solo me dijo que desde que yo habìa nacido habìa rezado por mi.

Despues de eso, decidì leer la Sagrada Biblia.  Empeze a leer el Nuevo Testamento. Me puse en mi cama y abrì casualmente el Evangelio y la primera pagina que encontré fue aquella del hijo prodigo (Lc.15). era la primera vez que la leìa. Lloré por la primiera vez desde cuando tenìa 10 años.

Mi madre me dijo que debìa de ver a un sacerdote el cual me sugeriò de ir a un retiro espiritual en Aylesford Priory. Yo no sabìa que era un retiro espiritual, pero este retiro produjo efectos increìbles en mi vida. Yo rezé, reflexioné, leì la Biblia y lloré. No queria contar a mis viejas amistades en la vida del crimen, lo que me estaba pasando. Algunos de ellos buscaron convencerme porque querìan que yo regresara en el medio de la droga, pero no lograron en su proyecto. Yo no tenìa trabajo pero conseguì uno en una empresa de limpieza. Yo querìa hacer algo por la comunidad. Empezé a hacer voluntariado. Hize de todo. Manejaba un pequeño bus para los desvalidos, por los ancianitos y por el club de los ciegos. Visitaba los ancianos que vivìan solos y hablava con ellos. Trabajaba con niños desvalidos y empezé a trabajar en un centro de acogida.

 

La gracia de la confesion

Un dìa entré en una iglesia y tomé una revista y vì un anuncio que se referìa sobre a como volverse misionero. Padre Michael Kelly saliò para verme. Me dijo de un retiro llamado Juventud 2000, me dijo que asistiera porque muchos jovenes habrìan de partecipar.

Yo sentìa que tenìa que confesar mis pecados. Me fui en la Catedral de Westminster. No podìa ir donde un sacerdote que conocìa. Asì me puso en fila y me arrodillé. Dije al cura que no me confesaba en 27 años. La confesiòn durò solo tres minutos. Mientras màs yo le contaba mi historia màs su cara  irradiaba alegria y en el momento en que me diò la absoluciòn sentì en mi corazon un sentimento de paz: habìa recibido la misericordia de Dios.

El cura me dijo: “Por la penitencia que oraciòn conoces?” la unica que conocìa era el Padre Nuestro. El me dijo: “reza un Padre nuestro”. Me sentìa completamente tranformado, me fui y llegué al altar de la capilla de la Vergin Maria y rezé el Padre Nuestro. Al salir de la catedral de Westminster tenìa ganas de bailar porque me sentìa completamente en paz.

 

Vino el dìa de ir al retiro de la juventud 2000. Era el Domingo de Pentecostés y me desperté muy temprano. Improvisadamente tocaron la puerta y nueve policìas entraron en mi casa  me arrestaron. Debìa 2700 esterlinas de multa. Ellos me llevaron de una vez a la prision de Leyton y me metieron en la celda. Despues de poco fui llevado a la corte del Juez de Walthamstow. Recuerdo que mientras estaba sentado en la celda de la corte pensaba: “Estoy seguro, mi Dios, que Tu pensaràs a todo”.

Recuerdo que el empleado que me conocìa muy bien, me dijo: “ Te ha ido mal John te ha tocado una juez que es muy severa, y ademàs es de muy mal genio. Era verdad la Señora Juez no tenìa gana de discutir. Me dijo de levantarme: “ Señor Pridemore, usted tiene que pagar 2700 esterlinas de multa, como pagarà? Continuò con sarcasmo: “ Nosotros nos damos cuenta de como usted ha tomado las cosas visto que en diez años  solo ha pagado 7 esterlinas!

Yo dije: “ Senora Juez  yo he encontrado a Dios y estoy haciendo el voluntariado. Lo que me puedo permitir de pagar es una esterlina por semana. Como suponìa ella no se impressionò:“ Yo no estoy dispuesta a esperar 2700 semanas para que usted pague. Quiere decir que usted estarà en prision por treinta dìas.

Estaba en la olla! Dije: “ No Usted no ha entendido yo tengo que ir a un retiro.” Ella me dijo: “ No Señor Pridemore es usted que no ha entendido. Usted irà a la Prision de Pentonville.” Entonces me dì cuenta que no habrìa ido al retiro.

Estuve solo la mitad del tiempo en la prision (durante este tiempo un compañero mio se convirtìo a Cristo).

Sabìa que el cura me estaba esperando para el retiro, asì le escribì una carta y le dije que estaba en prision, que estaba disgustado que no podìa participar del retiro. El me llamò y me dijo: “ No te preocupes, John hay otro retiro en Agosto en Aylesford”. Conocìa Aylesford porque habìa estado allà asì me fui a este retiro. No sabìa que me podìa pasar. Habìa como 250 jovenes y la primera cosa que me acuerdo fue que estos jovenes que nunca habìa visto antes me saludaron y me abrazaron y yo no podìa creer que hubiera tanto amor en el mundo.

El primer sermon que escuché fue: “ Dele a Dios tu corazon herido.” de Padre Slafter. Recuerdo que yo miraba a la cruz mientras que el padre hacìa el sermon y por primera vez en mi vida me dì cuenta que Jesus me habìa tan amado hasta acceptar la  muerte para mi. Yo dije al Señor : “ Que quieres que yo haga Señor? Me parecìo de oir una voz que me dijera: “ Vas a confesarte”. Yo me fui de una vez y dije todos mis pecados. El cura me puso las manos en la cabeza, sabìa que era Jesus que en aquel momento a través del cura me perdonaba. Aquellos que me miraban me decìan: “ Eres radiante!”.

 

Pastoral juvenil

Regresé a mi iglesia de S. José en Leyton, y le pedì al Padre Dennis Hall si podìa dar mi testimonio. Todos los fiéles me veìan entrar a la Iglesia y partecipar en la Santa Misa y rezar el S. Rosario todos los dìas y pensaban que maravilloso y santo joven yo tenìa que ser por rezar de aquella manera. Yo pensé : “que pretensiòn es la mia!”. Querìa que todos entendieran quien habìa sido yo.. Padre Hall dijo que si, que hubìera podido dar mi testimonio durante la ceremonia de la confirmaciòn el domingo siguiente. Yo pensé: “Mejor asì no habrà mucha gente”.

Pero cuando vino el domingo estaban presentes en la Iglesia como 90 muchachos, con los respectivos padrinos y sus padres. De manera que eran como 350 personas.

Recuerdo que le pedì a mi madre si estaba contenta de  que yo iba a dar mi testimonio. Y ella me dijo que no. Cuando vino el momento me levanté y empezé a dar mi testimonio contando mi vida. Estaba como de piedra. Cuando me bajé del altar una mujer  se me acercò y me saludò llorando, fue extraordinario.

La primera cosa que  Padre Hall dijo era que me invitaba a guiar el grupo juvenil.  Asì empezé mi trabajo de pastoral juvenil, habìa un encuentro cada jueves. Habìan muchos muchachos y decìan que yo era extraordinario.

Yo entendì que Dios querìa que trabajara en la pastoral juvenil. Yo iba a un grupo de oraciòn en Canning Town: era de verdad un manantial de fuerza. Yo iba a los retiros, pero no tenìa ninguna  responsabilidad. Yo me fui por un tiempo a New York, trabajando con los muchachos en el Bronx. Yo estuve un tiempo con los Franciscanos de la Renovaciòn del Espiritu.

Cuando regresé me ofrecieròn un Trabajo por la Campañia nacional de propaganda por la jornada mundial de la juventud.

Ahora tambièn si hay momentos en que me siento muy bien y otros menos, la dicha y la paz estàn siempre conmigo. Yo sé que tengo el mejor amigo que uno pueda tener, Jesus Cristo, y el futuro es aquel que Dios quiere para mi.

Hasta ahora mi vida ha sido, desde que he encontrado a Dios, una gracia despues de otra gracia, milagro despues de otro  milagro. 

Dios sea bendito!

Top