La Solidaridad en las Filipinas 

 

La historia de Solidarity Mission

 

 

 

 

 

 

Fue de verdad una respuesta increìble aquella que centenares de personas dieron a la invitaciòn de ayudar las  familias pobre de Pulpogan un barrio pobre del municipio de Consolacion en la Isla de  Cebù  en las Filipinas. Yo estuve en  Cebu en 1994 y en 1997, però solo  a partir de agosto del 1998 logramos demostrar nuestra solidaridad con los hechos y no con las palabras.

       

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Un gracias especial por el Asistente social, S.ra  Marissa Lendio que ha colaborado muchisimo para que nuestra solidaridad llegara en concreto a todos nuestros hermanos y hermanas de  Pulpogan.

 

 

 

 

 

 

 

Fueron cerca de 246 las familias que se aventajaron del projecto  "supplementary food" en Pulpogan. 

Junto con Marissa colaboraron activamente la S.ra Cherry Villono, secretaria de la Parroquia de Consolacion, la s.ra Terry Rosales, la coordinadora de todos los  catequistas y la s.ra Violeta Dabalos, presidenta de la escuola media de Pulpogan.

 

 

 

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La Historia de Solidarity Mission.  

 

Yo estuve en las Filipinas,  precisamente en la isla de Cebu  en el 1994 y en el 1997 cerca de dos anos. Fue el mismo Cardenal , S. E. Rev. Card. Ricardo Vidal  que me pidiò de colaborar en la parroquia de un municipio que se llama Consolacion y se encuentra a pocos kilometros de Cebu city. 

En este municipio hay un barangay ( =barrio ) muy necesitado llamado Pulpogan que me habia llamado l' atencion: Me parecìa que la gente que vivìa allà eran las mas necesitadas. Sin embargo en estos anos no logramos hacer nada por ellos. Tuve que regresar a Italia.

El  25 de Julio del 1998 me fuì  por Cebù con la intencion de  entregar a los pobres algunas ofrendas que habìa recibido en Enero y la pregunta que me tormentaba era: entregar la plata y acabar con la ayuda en la Filipinas o empezar un proyecto para ayudarle màs?

La primera idea hubiera sido màs còmodo para mi però mi conciencia se rebelava: no se puede ver los sufrimientos de tantos hermanos y hermanas y sentirse tranquilo haciendo la limosna una vez para siempre.

 Yo pensè que hubiera sido màs segun el evangelio, también si hubiera sido màs comprometido, empezar un proyecto que podìa hacer sentir a estos nuestros hermanos la presencia del Dios providente que Jesus nos hizo conocer.

Entonces antes de volver a Italia ( estuve en Cebu acerca de un mes) formé un grupo de referencia formado por la Secretaria de la parroquia de Consolacion Senora Cherry Villono; la Coordinadora de todos los catequistas de la paroquia, la Senora Terry Rosal; la Presidenta de la Escuela media de Pulpogan, la Senora Violeta Dabalos y la asistente social, la Senora Marissa Lendio que debìan preocuparse de llevar el projecto adelante: la Mision de Solidaridad :(“Solidarity Mission”).                          

Cuando llegué a Italia hablè a tantas personas sobre la posibilidad de ayudar en concreto a estos nuestro hermanos de Pulpogan y de verdad la respuesta fue increìble. Mucha gente contestò a la llamada de la solidaridad y de ésta manera en diez meses habìamos recogido casi 19 millones. Dos milliones los enviamos directamentea las Filipinas. un millon lo enviamos a los Padres Combonianos por la emergencia en Sudan.

Yo mismo llevé todo las demas de las ofrendas a Cebu.

 

 

Un grande èxito

En agosto de 1999 volvì  a Cebu y me encontrè con el Cardinal S.E. el Cardinale Riccardo Vidal.

El se mostrò muy contento del proyecto de ayuda para la comunidad de Pulpogan, però la primera dificultad que tuve fue: padre Bruno cuantos meses o cuantos anos vas a estar aquì para llevar adelante el proyecto? En otras palabras el Cardinal queria decir: quien se tomaba la responsabilidad de llevar adelante el proyecto?

Dada para mi la imposibilidad de quedarme se delineaba la perspectiva de regresar a Italia con la plata sin haber ayudado a nadie. Entonces el cardenal me dijo: “ A menos que las hermanas de Madre Ignacia que tienen ya una pequena casita en el barrio, y estan haciendo un proyecto para una pequena clìnica médica, pudieran llevar adelante este proyecto. A este punto yo no tuve ninguna duda entregué la plata al Cardenal con esta intenciòn. Yo estaba seguro que la plata no podìa estar en manos màs seguras.

Yo solo pedì al cardinal si podìa darme una  carta para que el cardenal de Napoles , S.E. Card. Michele Giordano supiera como los contributos que la gente me habìa entregado habìan servido para ayudar a los pobres.

 

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